lunes, 4 de enero de 2010

El camino de la No Mente

Que quiere decir, para la realización sutil es de importancia primordial que cortes el camino de la mente. Que es ese corte que es ese camino

El camino de la No Mente tiene como fin el estado primordial de la mente. Esta es virtualmente la mente de Adán y Eva de las leyendas bíblicas.

El peregrino, al final de este Camino, puede encontrarse en la misma condición que Adán y Eva en el paraíso, la tierra pura.

Pero nuestro peregrino Buddhista necesita comer la manzana de la sabiduría, como Adán y Eva, sin caer en la trampa de la serpiente, Mara, y discriminar perfectamente la Dualidad. Sabiendo la verdad de la No Dualidad, entonces puede liberarse del peligro de la Ignorancia.


Los Sabios, aquellos que han comprendido la eficacia de la vigilia, gozan de la vigilia, y son transportados a las esferas de actividad en las que trabajan los Nobles.

REFUGIO
Busquemos refugio y alojamiento en la iluminación; en la doctrina relativa y la absoluta, la acción correcta con benevolencia, las intenciones correctas con compasión, las actitudes correctas con alegría y la ecuanimidad con gozo; en la corrección, en la más venerable desafección de las pasiones, y en la pureza.
Busquemos refugio y alojamiento en la doctrina del Mahaprajnaparamita, que es la doctrina primera, la suprema, la más venerable, inamovible e imperecedera. De ella salen todos los Buddhas del pasado, presente, y futuro. Emplead su gran sabiduría para llegar a la otra orilla y para derrotar las aflicciones y las pasiones que emanen de las sensaciones, emociones, y pasiones de la mente.
http://www.budismochanssulun.org/chanssulun.htm
http://www.buddhachannel.tv/portail/spip.php/dist/spip.php?article5226

La palabra ‘Mahaprajnaparamita’ es Sánscrita, y significa la gran sabiduría para alcanzar la ‘orilla opuesta’ (del mar de la existencia). Lo que tenemos que hacer es ponerla en práctica con nuestra mente; no importa si la recitamos o no. La simple recitación sin la práctica mental puede ser semejante a un fantasma, a una ilusión mágica, a un destello de luz o a una gota de rocío. Por otra parte, si hacemos ambas, entonces nuestra mente estará de acuerdo con lo que repetimos oralmente. Nuestra propia naturaleza es Buda, y aparte de esa naturaleza no hay otro Buda.

¿Qué es Maha? Maha significa ‘Grandioso’. La capacidad de la mente es tan grande como la del espacio. Es infinita, ni redonda ni cuadrada, ni grande ni pequeña, ni primera ni última. Todas las Ksetras (tierras) de Buda son tan vacías como el espacio. Intrínsecamente, nuestra naturaleza trascendental es vacía y ni un solo Dharma puede ser logrado. Es lo mismo con la que es un estado de ‘Vacío Absoluto’ (por ejemplo, el vacío del no-vacío).

Instruida audiencia, cuando me oigan hablar acerca del Vacío, no caigan al instante en la idea de la vacuidad (porque esto involucra la herejía de la doctrina de la aniquilación). Es de suma importancia que no caigamos en esta idea, porque cuando un hombre se sienta en quietud y mantiene su mente en blanco, residirá en un estado de ‘Vacío de Indiferencia’.

Instruida audiencia, el Vacío ilimitado del universo es capaz de sostener miríadas de cosas de variadas formas y figuras, tales como el sol, la luna, las estrellas, las montañas, los ríos, los mundos, los manantiales, los riachuelos, los arbustos, los bosques, los hombres buenos, los hombres malos, los Dharmas penetrando a la bondad y la maldad, los planos de Deva, los infiernos, los grandes océanos y todas las montañas del Mahameru. El espacio los incluye a todos, tal cual lo hace el vacío de nuestra naturaleza. Decimos que la es grandiosa porque abarca todas las cosas, ya que todas las cosas están en nuestra naturaleza. Cuando vemos la bondad o la maldad de otras personas no estamos atraídos a estas, ni repugnados ni apegados a estas; así que nuestra actitud de mente es vacía como el espacio. De esta manera, decimos que nuestra mente es grandiosa. Por lo tanto la llamamos ‘Maha’.

Instruida audiencia, lo que los ignorantes simplemente predican, los hombres sabios realmente lo ponen en práctica con sus mentes. Hay también una clase de persona tonta que se sienta quieta y trata de mantener su mente en blanco. Ellas se abstienen de pensar cualquier cosa y se llaman a si mismos ‘grandiosas’. Debido a su punto de vista hereje, difícilmente podemos hablarles.

Instruida audiencia, deberían saber que la mente tiene una capacidad muy grande, dado que penetra el total Dharmadhatu (la esfera de la Ley, por ejemplo, el Universo). Cuando la usamos a su total capacidad, lo sabemos todo. Todo en uno y uno en todo. Cuando nuestra mente trabaja sin corrupciones y está libre para ‘ir’ y ‘venir’, entonces ese es el estado de ‘Prajna’.

Instruida audiencia, todo Prajna viene de la y no tiene origen externo. No se equivoquen acerca de esto. Es llamado ‘El Uso Propio de la Verdadera Naturaleza’. Una vez que conozcamos el Tathata (la Semejanza, la ), estaremos libres de la falsa ilusión para siempre.

Dado que el radio de acción de la mente es de gran alcance, no debemos practicar actos triviales (como sentarnos quietos con la mente en blanco). No hablen del ‘Vacío’ todo el día sin practicarlo en la mente. El que así procede se asemeja a un ‘rey con estilo propio’ que realmente es un plebeyo. El Prajna nunca podrá ser obtenido de esta forma y aquellos que así se comportan no son mis discípulos.

Instruida audiencia, ¿qué es el Prajna? Prajna significa ‘Sabiduría’. Si en todo tiempo y en todo lugar mantenemos nuestro pensamiento libre de deseos tontos, y actuamos sabiamente en todas las ocasiones, entonces estaremos aplicando Prajna. Una noción tonta es suficiente para cerrarlo (Prajna), mientras que un pensamiento sabio lo traerá de regreso. Las personas ignorantes o engañadas no lo ven; hablan acerca de esto con sus lenguas, pero en sus mentes permanecen ignorantes. Se la pasan diciendo que practican Prajna y hablan incesantemente sobre la ‘Vacuidad’, pero no conocen el ‘Vacío Absoluto’. ‘El Corazón de la Sabiduría’ es Prajna, que no tiene ni forma ni característica. Si lo interpretamos de esta manera, entonces definitivamente es la sabiduría de Prajna.

¿Qué es Paramita? Es una palabra Sánscrita, que significa ‘a la orilla opuesta’. Figurativamente significa ‘más allá de la existencia y la no-existencia’. Apegándose a los objetos de los sentidos, la existencia o la no-existencia surgen como el sube y baja del mar ondulante, y tal estado es llamado metafóricamente ‘esta orilla’; mientras que a través del no-apego, un estado más allá de la existencia y la no-existencia, semejante al agua que corre suavemente, es llamado ‘la orilla opuesta’. Es por eso que es llamado ‘Paramita’.

Instruida audiencia, las personas bajo la ilusión recitan el ‘Mahaprajnaparamita’ de dientes para afuera, y mientras lo están recitando, surgen los pensamientos erróneos y malévolos. Pero si lo ponen en práctica continua y perseverantemente, ellos logran realizar su ‘verdadera naturaleza’. El conocer este Dharma es conocer el Dharma de Prajna, y el practicarlo es practicar Prajna. Aquel que no practica esto es un hombre ordinario. Aquel que dirige su mente a la práctica, incluso por un momento, es el igual de Buda.

Porque un hombre ordinario es Buda y Klesa (la corrupción) es Bodhi (la iluminación). Un pensamiento tonto que surja nos convierte en un hombre ordinario, mientras que un segundo pensamiento iluminado nos convierte en un Buda. Un pensamiento que surja y se aferre a los objetos de los sentidos es Klesa, mientras que un segundo pensamiento que nos libere del apego es Bodhi.

Instruida audiencia, el Mahaprajnaparamita es el más enaltecido, es el supremo, y el más notable. Él no permanece, ni se va, ni viene. Por medio de él los Budas de las generaciones presentes, pasadas y futuras logran la Budeidad. Deberíamos usar esta gran sabiduría para terminar con los cinco Skandhas* porque el seguir tal práctica nos asegura el logro de la Budeidad. Los tres elementos venenosos (el egoísmo, el odio y la ilusión) entonces se convertirán en Sila (la buena conducta), Samadhi y Prajna.

Instruida audiencia, en mi sistema, un Prajna produce ochenta y cuatro mil formas de sabiduría, dado que hay ese número de ‘corrupciones’ que debemos sobrellevar; pero cuando uno está libre de corrupciones, la sabiduría se revela por sí misma, y no estará separada de la . Aquellos que entienden este Dharma estarán libres de pensamientos inútiles. El estar libre de la seducción de un pensamiento en particular, de asirse al deseo, y de la falsedad; el poner la esencia de Tathata de uno en operación; el usar el Prajna para la contemplación y asumir una actitud ni de indiferencia ni de apego hacia todas las cosas – esto es lo que significa el realizar nuestra propia para el logro de la Budeidad.


A partir de aquí, se presentan las Doctrinas de Chan.

Para una mente no preparada para ver más allá de las palabras,
pueden parecer intelectuales y difíciles de entender.

Los que quieran seguir este camino deben buscar a un Maestro adecuado.
La Doctrina de Chan de China comparte escalones con la evolución de las
Prácticas Tibetanas de Dzogchen.

Según las tradiciones del Buddhismo antiguo codificadas en la obra "Pawo Tsuglag Threngwa", del primer maestro Buddhista de Dzogchen, Garab Dorje, emanaron dos líneas de transmisión, que se establecieron y se ramificaron en el Tíbet y en China. Las dos vías pasaron también por Nagarjuna y su discípulo Aryaveda, y comparten los mismos conceptos de un despertar súbito.

En el Tíbet, varios maestros (entre quienes se destacan Namkhai Ningpo, Nubchen Sanguie Yeshe, y Aro Ieshe Llungne) fueron eslabones claves en la transmisión súbita de Dzogchen y la transmisión súbita de Chan.

La Doctrina CHAN fue introducida en China, y el despertar súbito, el precursor de Chan, fue elaborado por Dao Chan (360 - 434) como el sistema supremo.


La Contemplación Interna y la Sabiduría

La doctrina se basa en la contemplación interna y en la Sabiduría. Pero, antes que nada, no os engañéis pensando que ambos son diferentes, pues no son sino una y única sustancia. La contemplación interna es el cuerpo de la Sabiduría (ti), y la Sabiduría es la función (yong) de la contemplación interna. No sostengáis que la contemplación interna precede a la Sabiduría o que la Sabiduría precede la contemplación interna.

La contemplación interna y la Sabiduría son desequilibradas cuando las acciones son correctas y naturales y el corazón de la mente incorrecto, o cuando las acciones son incorrectas y el corazón de la mente correcto, pero cuando el corazón de la mente y acciones son correctos, y lo interno y lo externo son en balanza, la contemplación interna y la Sabiduría tienen equilibrio.


La Unión de la Meditación con su Objeto

La unión de la meditación con su objeto tiene como consecuencia la sensación correcta del objeto contemplado sin los impedimentos de la mente. Solo se consigue mediante la intuición, que es la Experiencia Directa. El Sutra de Vimalakirti-nirdesa dice: la intuición es el lugar donde Buda alcanzó el despertar. La intuición es la Tierra Pura. No mencionéis solo de palabra la intuición, mientras vuestro corazón de la mente es manchado, se pierde en lisonjas y divagaciones. La Meditación sin experiencia directa no puede conducir a la no-dualidad. No entra en la contemplación del propio corazón de la mente, ni en la búsqueda de la pureza.



El Error de ser Enfrascado en la Contemplación

No permaneced sentados, sin moveros ni levantaros, enfrascados en la contemplación del propio corazón de vuestra mente o en búsqueda de la pureza; mas las gentes desorientadas que intentan cosechar méritos con este proceder no logran el Despertar, y llegan a volverse locas. Son centenares los casos, y por ello se que enseñar tal doctrina a los budistas practicantes es un gran error.



El Despertar Inmediato y Gradual

No existen doctrinas inmediatas y graduales, pues así como hay gentes con una mente rápida y gentes que no lo son tanto, los desorientados se unen por grados, y los demás practican de inmediato. Pero una vez que los unos y otros logran comprender su propio corazón de la mente y contemplar su propia naturaleza, el despertar es igual para todos. ¿Por qué se habla del despertar gradual y súbito? Porque unos son lentos y otros raudos en alcanzarlo; pero Doctrina solo hay una. Por eso se habla de gradualidad e instantaneidad.

Recuerda, que nunca han existido diferentes vehículos; es la ley única la que adopta diferentes formas de transporte, según los niveles de capacidad del corazón de la mente de las gentes.



La No Absorción, La Nada, y La Vacuidad

Esta doctrina propugna desde sus principios, tanto en lo que atañe a la inmediatez como a lo gradual, la ausencia de ideas o pensamientos falsos (wu nian) por la no absorción en las ideas, la ausencia de formas, la inmaterialidad, la nada, (wu xiang) por la separación de cualquier idea dual en el ejercicio de las facultades mentales, y el desapego (wu zhu) por la comprensión de la vacuidad de todas las cosas y el retorno a la aceptación de la experiencia directa del Estado Primordial. Como dice el Sutra de Vimalakirti-nirdesa, es necesario "en lo externo, saber diferenciar con habilidad todos los aspectos y características de las cosas, y en lo interno, no movernos de la Suprema Realidad (Di Yi Yi)".


El Corazón de la Mente y La Naturaleza

Según esta doctrina, practicar la contemplación (zuo chan) no significa mirar el corazón de la mente, o mirar la pureza, o ser indiferente a la pasión y la tentación. El corazón es, en esencia, falso y manchado. La naturaleza del hombre es pura, y si algo en ella oculta la realidad inmutable, son los falsos pensamientos; basta que nos alejemos de ellos para recuperar la pureza natural. Si no advertimos que la propia naturaleza es originalmente pura y accionamos el corazón para mirar la pureza, generaremos una pureza falsa.


Instalarse en la contemplación, según esta doctrina, significa librarse de todos los impedimentos y no proyectar el pensamiento hacia ninguno de los mundos del fenómeno. Y contemplación es contemplar la propia naturaleza sin perturbación alguna. Mirad que vuestra propia naturaleza sea pura por si misma, consagraos vosotros mismos en alcanzar el cuerpo espiritual (Fa shen) de vuestra propia naturaleza, seguid por vosotros mismos el camino de Buda, alcanzad por vosotros mismos la gnosis budista.

De nada sirve confesar, de palabra, desde cualquier imagen, pues, según esta doctrina, arrepentirse y reconocer la culpa es simplemente cortar con las malas acciones del pasado y no repetirlas.

El Triple Cuerpo

El cuerpo físico es un simple habitáculo, y no podemos tenerlo por refugio. El Triple Cuerpo: Dharmakaya (Fa), el de la ocultación de la verdadera condición de energía mental iluminado; Sambhogakaya (Bao), el de la ocultación de la energía de sabiduría infinita expresada en acción, y Nirmanakaya (Hua), el de la ocultación de la energía del aspecto material, siempre han estado en la naturaleza subyacente de uno mismo: todos los tienen, estos cuerpos espirituales, glorificados y revelados, pero las mentes obcecadas no los ven, y los buscan en el exterior sin darse cuenta de que están dentro de uno mismo.



Refugio

Busquemos refugio y alojamiento en la iluminación; en la doctrina relativa y la absoluta, la acción correcta con benevolencia, las intenciones correctas con compasión, las actitudes correctas con alegría y en la ecuanimidad con gozo; en la corrección, en la más venerable desafección de las pasiones, y en la pureza.

Busquemos refugio y alojamiento en la doctrina de Mahaprajnaparamita, que es la doctrina primera, la suprema, la más venerable, inamovible e imperecedera, y de ella salen todos los Budas del pasado, presente, y futuro. Emplead su gran sabiduría para llegar a la otra orilla y para derrotar las aflicciones y las pasiones que emanen de las sensaciones, emociones, y pasiones de la mente.



Budas y Bodhisattvas

El que comprenda la Doctrina del Despertar Súbito que se libere del ciclo de renacimientos verá el paraíso de la Tierra Pura en un instante, pero el que no comprenda esta doctrina, tendrá un largo camino por delante, y no podrá llegar por mucho que invoque el nombre de Buda o busque el Buda fuera de sí mismo. El Buda es producto de la propia naturaleza, y no hay que buscarlo fuera del cuerpo.

También son productos de la propia naturaleza, la piedad y la compasión: Bodhisattva Avalokitesvara (Guan Yin); el amor benevolente: Bodhisattva Samantabhandra (Da Shi Zhi); la actitud correcta con alegría: Bodhisattva Manjushri; y la rectitud universal: Maitreya Buda.



http://www.tradicionperenne.com/budismo/CHAN/PRESENTACHAN.htm

Bodhidharma (Po Ti Ta Mo) (470 - 543)

El trigésimo quinto patriarca de la línea, formalizó las enseñanzas de la doctrina del despertar súbito en China, y afirmó una transmisión viviente más allá de las fuentes de la doctrina original, con énfasis en la experiencia directa, mas sin la necesidad de estudios intelectuales o profundos de los Sutras. Es conocido como el primer patriarca de Chan.

Así como Bodhidharma, el duodécimo octavo patriarca Buddhista fue el gran maestro introductor de la Escuela Buddhista Dhyana en China. Llegó por mar procedente de la India, desembarcando en Cantón en el año 527 d. C. e impartió las direcciones correspondientes que hicieron del Buddhismo una parte integrante de la cultura China. Después, en China, las enseñanzas de la doctrina Chan fueron difundidas por los maestros chinos, quienes, más adelante, las transmitieron a otras naciones mongolas.

¿Cómo disolver la dualidad?

No por las enseñanzas en los libros. Estos incrementan tus conocimientos intelectuales.

No por los preceptos, que ayudan tu estado moral.

No por las escrituras, que pueden enseñarte la concentración en tus prácticas.

No por los tratados, que pueden enseñarte la Sabiduría.

Los preceptos, escrituras, y tratados son herramientas fantásticas, pero sólo las prácticas disuelven la causa del sufrimiento y también permiten el crecimiento de la naturaleza Buddhista.

Yun Men, en su obra, "Sentencias", dice que El Octuple Sendero y otras enseñanzas de este tipo tienen su función, pero, al incluir las enseñanzas directas y completas que son extremadamente difíciles de entender, no disuelven la Dualidad. Quedarse encallado en las sensaciones, emociones, y pensamientos es un error. Sólo puedes disolver la Dualidad con prácticas de Contemplación.

Hui Neng (683-712), el cuadragésimo en la línea directa y la sexta de Chan, que Chan Ssu Lun acepta como el último patriarca y el supremo maestro de Chan Ssu Lun, explicó las enseñanzas en el Sutra de la Estrada. Antes de su muerte en el día tres de la octava luna, el patriarca convocó a sus diez discípulos con entendimientos superiores y dijo:



"En la transmisión de la Doctrina, a partir de ahora, tendréis que regiros por vuestros propios principios. No os desviéis de los fundamentos de nuestra escuela."

CHAN SSU LUN lo considera parte integrante de la doctrina Mahayana del "Vehículo Supremo" transmitido por todos los patriarcas anteriores.

El Sutra de la Estrado, la Doctrina fundamental del Chan del despertar súbito, fue compilado por el monje Fa Hai. A la muerte de Fa Hai, el Sutra de la Doctrina pasó a manos de su condiscípulo Dao Can. A la muerte de Dao Can, pasó a manos de su discípulo Wu Zhen, quien al presente lo predica en el monasterio del Renacer de la Ley, de monte Cao Xi, en la sierra de Ling Nan.

"Ver, oír y recitar son el vehículo pequeño; despertar a la Ley y comprender su sentido es
el vehículo mediano; practicarla y cultivarla es el vehículo grande. Comprender todas las
cosas, la totalidad de las cosas sin desapego de ninguno y con desapego, al mismo tiempo,
de su apariencia, sin entrar en ninguno de ellos, es el Vehículo Supremo, la práctica suprema.

No discutamos más de ello; practica tu mismo la Doctrina."

Hui Neng

Presentamos aquí, un sumario de los puntos principales del documento original.

migos en la Ley:

La Sabiduría del Despertar y de ejercitar de continuo la Sabiduría es inherente al ser humano:

El que no alcanza el despertar es por impedimento de las delusiones que alberga en su corazón, y ha de buscar la ayuda de un amigo en la Ley de mayor preeminencia, para que le muestre el camino por el que pueda contemplar su propia naturaleza.



LA CONTEMPLACIÓN INTERNA Y LA SABIDURÍA


La doctrina se basa en la contemplación interna y en la Sabiduría. Pero, antes que nada, no os engañéis, pensando que ambos son diferentes, pues no son sino una única sustancia. La contemplación interna es el cuerpo de la Sabiduría (ti), y la Sabiduría es la función (yong) de la contemplación interna. No sostengáis que la contemplación interna precede a la Sabiduría o que la Sabiduría precede a la contemplación interna.

La contemplación interna y la Sabiduría son desequilibradas cuando las acciones son correctas y naturales y el corazón de la mente es incorrecto, o cuando las acciones son incorrectas y el corazón de la mente es correcto, pero cuando el corazón de la mente y las acciones son correctos, y lo interno y lo externo están en balanza, la contemplación interna y la Sabiduría tienen equilibrio.



EL DESPERTAR INMEDIATO Y GRADUAL


No existen doctrinas inmediatas y graduales, pues como hay gente con mente rápida y gente no tan rápida, también los desorientados se unen por grados.

Pero una vez que los unos y los otros logren comprender su propio corazón de la mente y contemplar su propia naturaleza, el despertar es igual para todos. Entonces, ¿Por qué se habla del despertar gradual y súbito?

Porque unos son lentos y otros raudos en alcanzarlo.

Pero Doctrina solo hay una. Por eso se habla de gradualidad e instantaneidad.

Recuerda: nunca han existido diferentes vehículos; es la ley única la que adopta diferentes formas de transporte, según los niveles de capacidad del corazón de la mente de la gente.



LA NO ABSORCIÓN, LA NADA Y LA VACUIDAD


Como dice el Sutra de Vimalakirti-nirdesa:
"En lo externo, saber diferenciar con habilidad todos los aspectos y características de las cosas.
En lo interno, no movernos de la Suprema Realidad.

Esta doctrina propugna desde sus principios, tanto en lo que atañe a la inmediatez como a lo gradual, la ausencia de ideas o pensamientos falsos (wu nian) por la no absorción en las ideas; la ausencia de formas, la inmaterialidad, la nada, (wu xiang) por la separación de cualquier idea dual en el ejercicio de las facultades mentales; y el desapego (wu zhu) por la comprensión de la vacuidad de todas las cosas y el retorno a la aceptación de la experiencia directa del Estado Primordial



LAS CUATRO PROMESAS


Amigos en la Ley,

Jurad ayudar a que se salven, por sí mismos en su propia naturaleza, todos los infinitos seres vivientes.

Jurad atajar las infinitas aflicciones del corazón de la mente.

Jurad estudiar las infinitas puertas del despertar.

Jurad seguir el supremo camino de Compasión y Sabiduría.

Evitad que todo pensamiento pasado, futuro o presente sucumba a la contaminación de la ignorancia y el engaño, y en desterrar de la propia naturaleza, de una vez por todas, los actos erróneos, la hipocresía y el extravío mental, la falta de entendimiento, y todos los impedimentos de Confusión, Codicia, y Hostilidad.



EL TRIPLE CUERPO


El cuerpo físico es un simple habitáculo, y no podemos tenerlo por refugio.

El Triple Cuerpo:

Dharmakaya (Fa), el de la ocultación de la verdadera condición de la energía mental iluminada;

Sambhogakaya (Bao), el de la ocultación de la energía de la sabiduría infinita expresada en acción;

Nirmanakaya (Hua), el de la ocultación de la energía del aspecto material. Siempre ha estado en la naturaleza subyacente de uno mismo.

Todos los tenemos, estos cuerpos espirituales, glorificados y revelados, pero las mentes obcecadas no los ven, y los buscan en el exterior sin darse cuenta de que están dentro de uno mismo. Es La Propia Naturaleza.



EL ALEJAMIENTO DE LA DUALIDAD


Existen cinco pares opuestos en el reino de lo exterior insensible que se pueden contemplar: oscuridad y claridad, cielo y tierra, sol y luna, agua y fuego, pasivo femenino y dinámico masculino.

Existen doce pares opuestos en la designación de las cosas y sus manifestaciones:material activo y material inactivo, manifiesto y no manifiesto, aflicción y no aflicción, vacuidad y materia, quietud y movimiento, claro y turbio, ordinario y sabio, laico y celestial, joven y viejo, pequeño y grande, corto y largo, bajo y alto.

Existen diecinueve pares opuestos en el uso de la propia naturaleza: error y verdad, obcecación y sabiduría, torpeza e inteligencia, confusión y calma, moralidad e inmoralidad, rectitud y sinuosidad, realidad e irrealidad, dificultad y facilidad, aflicción y despertar, compasión y malevolencia, alegría e ira, magnanimidad y avaricia, progreso y retrogrado, vida y muerte, eternidad y fugacidad, cuerpo espiritual y cuerpo retributivo, sustancia y función, naturaleza y apariencia.



no Hay Oscuridad

La oscuridad no existe por sí misma, sino porque hay claridad. La claridad permite la existencia de la oscuridad, y laoscuridad permite la manifestación de la claridad.
Una depende de la otra.
Lo mismo ocurre con todos los ejemplos de opuestos.
Se ve la oscuridad en la claridad, y la claridad en la luz.
No hay Dualidad.

El Vacío y La forma

Cuando hablamos de la apariencia desde la apariencia en lo externo, y del vacío desde el vacío en lo interno, desapeguémonos.
El apego al vacío impide la luz de nuestra naturaleza, y el apego a la apariencia conduce a la contemplación errónea. Hablar del vacío es correcto si viene de una parte de la propia naturaleza, y erróneo si la propia naturaleza no está vacía de obcecación ni de auto ilusión.


El Despertar

Los que comprendan la Doctrina de Mahaprajnaparamita
estarán libres de falsos pensamientos, ideas o apegos, y no
sucumbirán a la perturbación, pues verán en ella revelada
la naturaleza de la realidad inmutable. Los que, contemplándola con sabiduría e inteligencia no
cognitiva, afronten todos los fenómenos sin apego ni rechazo,
verán su propia naturaleza y alcanzarán la buddheidad.

Concluyen aquí la Suprema Doctrina de las Enseñanzas del Chan
del Despertar Súbito.

Normalmente buscamos dichas causas en las circunstancias externas, mientras que Buda nos enseña a buscarlas dentro de nosotros mismos. El enseñó cómo nuestros sentimientos de insatisfacción surgen de nuestros estados mentales negativos – principalmente el enojo, el apego y la ignorancia- y también ofreció los métodos para eliminarlos, a través de practicar la generosidad, la compasión, la sabiduría y otros estados mentales positivos. Cultivando estas cualidades podremos descubrir un estado de paz y fortaleza interior.

¿Quien fue BUDA?

Por lo general, «Buda» significa 'Ser Despierto', el ser que ha despertado del sueño de la ignorancia y percibe las cosas como son en realidad. Un Buda es una persona que se ha liberado de todas las faltas y obstrucciones de su mente. Muchos seres se convirtieron en Budas en el pasado y muchos otros lo harán en el futuro … MAS

¿Qué es la liberación?

La liberación es el estado de paz interior permanente que se alcanza al abandonar por completo las perturbaciones mentales. Cuando, por medio del adiestramiento en el camino a la liberación, nuestra mente se libere por completo de los engaños, la naturaleza última de la mente se transformará en la liberación o el nirvana. A partir de ese momento estaremos libres del samsara y de todos los sufrimientos que éste conlleva, y nos habremos convertido en un Destructor del Enemigo, un ser que ha eliminado los adversarios internos del apego, el odio y la ignorancia del autoaferramiento … MAS

¿Que es la Meditación?

El corazón de la práctica de Dharma es la meditación. El propósito de la meditación es pacificar y calmar la mente. Si mantenemos una mente apacible, no tendremos preocupaciones ni angustias y disfrutaremos de verdadera felicidad; pero si nuestra mente está alterada, no conseguiremos sentirnos felices aunque estemos rodeados de las mejores condiciones. Si nos adiestramos en la meditación, iremos descubriendo en nuestro interior una paz y una serenidad cada vez mayores y disfrutaremos de una forma de felicidad que se irá volviendo más pura.

http://www.articuloz.com/espiritualidad-articulos/budismo-y-camino-espiritual-1197594.html
Budismo Y Camino Espiritual

viernes, 1 de enero de 2010

Las Caracteristicas de la práctica budista

La palabra "Buda" es un título y no un nombre. Significa "alguien que está despierto," en el sentido de haber "despertado a la realidad." Se le dio por vez primera a un hombre nacido como Siddartha Gautama, en Nepal, hace 2,500 años. Nació príncipe, hijo de un rey. De acuerdo a la tradición, tuvo una crianza exclusiva y opulenta, pero sacudió bruscamente su complacencia al entender que la vida incluye los hechos duros de la vejez, enfermedad y muerte.

Dejó su hogar para seguir el camino tradicional indio del santo vagabundo, un peregrino en búsqueda de la Verdad. Practicó la meditación bajo varios maestros y entonces se dedicó al ascetismo. Eventualmente, practicó austeridades tan severas que estuvo a punto de morir—pero el entendimiento verdadero permanecía tan lejos como siempre. Decidió abandonar este camino y buscar dentro de sus propios mente y corazón. Se sentó bajo el árbol de pipal y juró que "mi carne perecerá, mi sangre se secará, pero no me levantaré de aquí hasta haber alcanzado la Iluminación." Tras cuarenta días, el Buda finalmente obtuvo la Iluminación.

No pretendió ser Dios; no hizo ningún reclamo de divinidad, y nunca los budistas se la han atribuido. Fue un ser humano que se convirtió en Iluminado, comprendiendo la vida en su sentido más profundo. Fue un ser humano quien, mediante esfuerzos tremendos, se autotransformó. Los budistas le ven como un ideal y un guía hacia la Iluminación. Los budistas creen que alcanzó un estado más allá de cualquier otra cosa en el mundo. Fue un estado en el cual el Buda adquirió Revelación de los más profundos mecanismos de la vida, y por tanto de la causa del sufrimiento humano, el problema que le había lanzado hacia su búsqueda espiritual en primer lugar.


Las enseñanzas fundamentales y la práctica del budismo

Las Cuatro Nobles Verdades y el Sendero Óctuple

La Primera Noble Verdad: el mundo es miserable y la vida está llena de sufrimiento

El sufrimiento, dukkha en sánscrito, es el lazo común que todos compartimos. Todos en todas partes sufren. Los seres humanos sufrieron en el pasado, sufrimos hoy, y sufriremos en el futuro. Cuando hablamos de nuestro sufrimiento humano, se manifiestan nuestras tendencias compasivas.

La Segunda Noble Verdad: este sufrimiento es el resultado de nuestros deseos y nuestro apego a los objetos de dichos deseos.

El origen del sufrimiento es el apego a tres clases de deseo, las cuales pueden resultar en dolor: deseo de placer sensual, deseo de convertirse en algo, y deseo de deshacerse de algo.

La Tercera Noble Verdad: es posible detener los apegos a deseos, y acabar con el sufrimiento.

Toda la meta de la enseñanza budista es desarrollar la mente reflexiva para liberarnos de los engaños. Es una enseñanza de liberarnos de los apegos mediante la investigación, o la observación—el contemplar: "¿Por qué esto es así? ¿Por qué de éste modo? ¿Qué significa esto?" Cuando contemplamos, la mente no forma una opinión sobre si algo es bueno, malo, útil o inútil. Reflexionamos según vemos sufrimiento; según vemos la naturaleza del deseo; según reconocemos que el apego al deseo es sufrimiento.

Estas revelaciones sólo llegan mediante la reflexión; no pueden llegar a través de la fe. Uno no puede obligarse a creer, o comprender una revelación como acto de voluntad. Sólo mediante el realmente contemplar y ponderar estas verdades, pueden llegar a nosotros estas revelaciones. Llegan cuando la mente está abierta y receptiva a la enseñanza. La fe ciega no se aconseja ni se espera de nadie.

La Cuarta Noble Verdad es el Sendero Óctuple, el camino hacia afuera del sufrimiento.

El Sendero Óctuple

Comienza con Entendimiento Correcto (o perfecto), va a Intención o Aspiración Correcta (o perfecta); estos primeros dos elementos del sendero se agrupan juntos como Sabiduría. Le sigue Compromiso Moral; este cubre Palabra Correcta, Acción Correcta y Modo de Vida Correcto—también conocidos como palabra perfecta, acción perfecta y modo de vida perfecto.

Entonces tenemos Esfuerzo Correcto, Mentalidad Correcta y Concentración Correcta, que fluyen naturalmente. Estos últimos tres proveen balance emocional. Son acerca del corazón—el corazón liberado de la auto-visión y del egoísmo. Con Esfuerzo Correcto, Mentalidad Correcta y Concentración Correcta, el corazón es puro, libre de manchas y deshonras. Cuando el corazón es puro, la mente es pacífica. La Sabiduría, o Entendimiento Correcto y Aspiración Correcta, vienen del corazón puro. Esto nos regresa al comienzo.

1. Sabiduría
1) Entendimiento Correcto
2) Aspiración Correcta

1. Moral
3) Palabra Correcta
4) Acción Correcta
5) Modo de Vida Correcto

1. Concentración
6) Esfuerzo Correcto
7) Mentalidad Correcta
8) Concentración Correcta

Meditación

La parte más importante del sendero budista es la meditación. La meditación consiste de sentarse en silencio, observando la respiración, mientras se le permite a la mente, con sus pensamientos, emociones, sensaciones físicas, recuerdos, fantasías y todas sus otras percepciones, simplemente existir. Enfocamos y observamos la respiración, la regularidad de la inspiración y la espiración, su extensión y fuerza, sin hacer nada. Respirar no requiere esfuerzo. Es automático, a no ser que concientemente se aumente o disminuya su ritmo. La meditación anima y fomenta un despertar de la mente y la compasión por uno mismo y por todas las cosas y seres vivientes.

Practicamos la compasión budista para nuestra propia felicidad y la de los demás. Estos dos objetivos de la fe no pueden separarse. Cuando nuestros pensamientos acerca del bienestar de otros, nuestra compasión, forman parte de nuestra plegaria diaria, trascendemos el impulso innato de ocuparnos sólo de nosotros mismos, e iluminamos la ignorancia fundamental, la cual es la fuente del sufrimiento, con la luz de nuestro Buda interno.

Oración budista

La oración budista es una práctica para despertar nuestras capacidades internas inherentes de fortaleza, compasión y sabiduría, en vez de peticionar a fuerzas externas basadas en el miedo, la idolatría y las recompensas mundanas o celestiales. La oración budista es una forma de meditación; es una práctica de recondicionamiento interno. La oración inspira nuestros corazones hacia la sabiduría y la compasión por otros y por nosotros mismos. Nos permite volcar nuestras mentes y corazones hacia lo beneficioso, azuzando nuestros pensamientos y emociones hacia el Despertar de la Conciencia. Si creemos en algo lo suficiente, ello nos poseerá. En otras palabras, creyendo en algo, nos convertiremos en lo que creemos. Nuestra abilidad de afectarnos de este modo es evidencia de la obra de la Gran Compasión dentro de nosotros.

Oh, maestros espirituales compasivos, bendíganme;
que todo el karma negativo y los sufrimientos
de todos los seres concientes maduren ahora en mí,
y que pueda darles a otros mi felicidad y obras virtuosas
de modo que todos los seres concientes posean gozo.


El budismo

Siddhartha Gautama nació aproximadamente en 560 a.C en el norte de la India. Su padre,
La pregunta que Gautama, el fundador del budismo, buscaba contestar era ¿Por qué hay dolor y sufrimiento? Él también sostenía la creencia hindú en la reencarnación: después de la muerte una vuelve a la vida terrenal en una forma de vida superior o inferior según sus obras buenas o malas. Esta creencia promovía una segunda pregunta que necesitaba ser contestada, ¿Cómo rompe uno el ciclo de renacimiento? Las enseñanzas básicas del budismo, por lo tanto, se concentran en lo que Gautama consideraba era la respuesta a estas preguntas. Estas doctrinas básicas se encuentran en las Cuatro Nobles Verdades y el Camino de Ocho Partes. Comencemos con las Cuatro Nobles Verdades.

La Primera Noble Verdad es que hay dolor y sufrimiento en el mundo. Gautama se dio cuenta que el dolor y el sufrimiento son omnipresentes en toda la naturaleza y la vida humana. Existir significa que vamos a encontrarnos con el sufrimiento. El nacimiento es doloroso, y también lo es la muerte. La enfermedad y la vejez son dolorosas. A lo largo de la vida, todas las cosas vivas encuentran sufrimiento.

La Segunda Noble Verdad se relaciona con la causa del sufrimiento. Gautama creía que la raíz del sufrimiento es el deseo. Es la avidez por la riqueza, la felicidad y otras formas de disfrute egoísta la que causa el sufrimiento. Esta avidez nunca puede ser satisfecha porque está arraigada en la ignorancia.

La Tercera Noble Verdad es el final de todo sufrimiento. El sufrimiento cesará cuando una persona puede liberarse de todo deseo.

La Cuarta Noble Verdad es la extinción de todo deseo siguiendo el camino de ocho partes. "El camino de ocho partes es un sistema de terapia diseñado para desarrollar hábitos que liberarán a las personas de las restricciones causadas por la ignorancia y la avidez."

Aquí están los ocho pasos a seguir en el camino de ocho partes. El primer paso es el de las Perspectivas Correctas. Uno debe aceptar las cuatro nobles verdades. El paso dos es la Determinación Correcta. Uno debe renunciar a todos los deseos y a todo pensamiento que se asemeje a la lujuria, amargura y crueldad. No debe dañar a ninguna criatura viviente. El paso tres es la Palabra Correcta. Uno debe hablar sólo verdad. No puede haber ninguna mentira, calumnia o conversación vana. El paso cuatro es el Comportamiento Correcto. Uno debe abstenerse de la inmoralidad sexual, de robar y de matar.

El paso cinco es la Ocupación Correcta. Uno debe trabajar en una ocupación que beneficie a otros y que no dañe a nadie. El paso seis es el Esfuerzo Correcto. Uno debe buscar eliminar toda cualidad malvada de adentro y evitar que surjan nuevas. Uno debería buscar conseguir cualidades buenas y morales y desarrollar las que ya posee. Buscar crecer en madurez y perfección hasta lograr el amor universal. El paso siete es la Contemplación Correcta. Uno debe ser observador, contemplativo y debe estar libre del deseo y de la aflicción. El octavo, es la Meditación Correcta. Luego de liberarse uno mismo de todos los deseos y de la maldad, una persona debe concentrar sus esfuerzos en la meditación para que pueda vencer cualquier sensación de placer o dolor, entrar en un estado de consciencia trascendente y lograr un estado de perfección. Los budistas creen que mediante el esfuerzo propio uno puede lograr el estado de paz y dicha eterna llamado Nirvana.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Los venenos son tres - Texto Zen

Si nos remontamos atrás en el tiempo y observamos el camino recorrido por el hombre, si buscamos con detenimiento cuándo comenzó a dar sus primeros pasos como ser consciente, como ser capaz de verse y sentirse a sí mismo viviendo acorde a la realidad que lo rodeaba, si analizamos cuándo dejó a un lado sus proyecciones y renunció a buscar en las explicaciones mágicas, míticas, racionales, o incluso en las divinas, el esclarecimiento de su devenir en este mundo ilusorio, observaremos que fue muy pronto cuando constató que padecía de una extraña dolencia: también se sentía como un ser infeliz.
Sus actuaciones, su comportamiento cotidiano, consigo mismo y con los otros, su manera de expresarse, hablar, moverse, pensar y reflexionar, estuvieron marcados desde bien temprano por tres aspectos connaturales a su existencia, lo que en la tradición budista conocemos como los Tres Venenos (klesha en sánscrito) a saber, su capacidad para odiar, apegarse y, en definitiva, dejarse llevar por la oscuridad de la ignorancia.
Fue un ser humano, Shidharta Gautama, nacido hace más de dos milenios en el norte de India (Kapilavastu) el que pondría nombre, método y solución a este padecer. Tras ejercer rigurosas prácticas de ascesis y saborear las distintas posibilidades que le ofrecían otras corrientes religiosas de su época, encontró, sin embargo, un camino de conocimiento que trascendía y superaba lo hasta entonces experimentado.
Así, tras largas jornadas de meditación sentada y serena reflexión, alcanzó un estado al que podríamos considerar como “salud total”. Esta experiencia, liberadora, la compartió inmediatamente con aquellos que se acercaron a sentirlo por sí mismos. Desde entonces, esta enseñanza se sigue transmitiendo de igual a igual, de ser a ser.

El Budha enseñó que los venenos son contaminaciones mentales, disfunciones cognitivas que llevan al error de percepción. Veamos cada uno de ellos en sus detalles: apego, odio e ignorancia.
El apego se encuentra fundamentado en un sentido extremo de poseer algo; lo reconocemos como una identificación mental y emocional obsesiva hacia algo o alguien, un impulso ávido que niega absolutamente la idea de la impermanencia. Para la persona que desea y trata de perpetuar eternamente sus anhelos, todo aquello que impida este propósito se manifiesta en variadas formas de enfrentamiento o evasión. Así, ante los impedimentos, el individuo actúa generalmente de manera impulsiva e irresponsable pues trata de obtener, sea como sea y usando todos los medios a su alcance, cualquier ansia personal que satisfaga sus supuestas necesidades.
Por ello, para conseguir los objetos del deseo, el ser humano articula diversas artimañas y estrategias que, a lo peor, acaban generando daño y dolor en los otros. Por otro lado, hemos de admitir que el “yo” tampoco acepta la realidad de la interdependencia y defiende a toda costa su autoimagen generada (apego) a través del rechazo del otro (odio)

El budismo enseña, sin embargo, que existe una posibilidad de superar el apego basada en el ejercicio consciente de dar por dar. Esta forma de ser y actuar también es connatural al hombre y se manifiesta cuando experimentamos conjuntamente la humildad y la compasión. Así, en el momento en el que somos capaces de ser verdaderamente útiles para los demás (y para nosotros mismos) a través de pensamientos, palabras y acciones favorables (karma) estamos propiciando la emergencia del antídoto de este primer veneno denominado deseo.
Según nuestra tradición, el segundo veneno es el odio, entendido como un rechazo visceral y emocional que sentimos contra algo o alguien, un impulso obsesivo que puede convertirse, incluso, en dañino, sea cual sea el aspecto que nos aparte de aquello que creemos nos hará felices.
El odio es un impulso ciego y arrollador que, en muchas ocasiones, genera una verdadera fuerza destructiva allá donde depositemos nuestro rechazo. La cólera, la ira, el insulto y demás actitudes emocionales radicales, relacionadas con el odio, son evidentemente posturas extremas que acaban generando conflicto y destrucción en nuestras relaciones.

¿Cómo debemos actuar, pues, ante hechos cargados de animadversión y resentimiento? De forma compulsiva no. No debemos fomentar más límites y fronteras. Como ya hemos visto anteriormente, la separatividad es un mecanismo de autodefensa del ego que se apega a sus propias identificaciones y rechaza, a través del odio, lo que ilusoriamente se plantea como fuera de él.
Todo esto es motivado por la permanente ceguera en la que nos hallamos, la ignorancia. Este es el tercer veneno (avijja en sánscrito). Bajo el velo de nuestro oscurantismo, entendido sencillamente como una falta de claridad a la hora de percibir, solemos actuar de forma confusa. Esta es la ceguera de nuestra ignorancia
La mente es muy activa. Cuando elige estar separada, elige percibir. El mundo que vemos bajo la mirada de las percepciones es siempre manipulable, incluso dañino, pues la manera que tenemos de ver las cosas acaba oscureciendo la naturaleza real de las mismas ya que siempre las interpretamos, a nuestro gusto, en detrimento y daño de los otros.
Necesitamos corregir esta idea de sentirnos y creernos separados. El budismo enseña que nuestra felicidad radica en la desidentificación con aquello que nos creemos ser. Cuando disolvemos la ilusión de la identidad en el yo, surge naturalmente la experiencia de la sincronicidad. La naturaleza dualística del pensamiento es la raíz de nuestro sufrimiento. Esta experiencia de desidentificación es la esencia de toda sanación.

Por lo tanto, es la mente cegada por la ignorancia la que traza fronteras y límites ilusorios que generan dolor y sufrimiento innecesario. La práctica del budismo zen tiene como fin transformar estos tres venenos en sus antídotos correspondientes.
A través de la práctica perseverante y del desarrollo adecuado de la atención consciente, va surgiendo naturalmente la sabiduría (entendida como disolución de la ignorancia), la ecuanimidad (esto es, la serenidad mental y emocional que permite la liberación de los apegos) y la compasión (o disolución de la cólera y el odio) Asimismo es la práctica de la paciencia la que evita toda agresión. En esta experiencia se halla el principio de la “no violencia” (ahimsa)
Saber es tener certeza pues el conocimiento no está sujeto a interpretaciones; es un hecho experiencial idéntico y generalizado para todos. Más allá de la percepción no hay juicios. Juzgar esto o lo otro, de esta o de aquella otra manera, es un mecanismo del sujeto (subjetivo) Los juicios siempre entrañan rechazo. Juzgar implica que abrigas la creencia de que la realidad está a tu disposición.

Así pues, cada uno debe identificar su propio conflicto interno, sus mecanismos de manipulación y acceder a una actitud contemplativa de no violencia, un estado desde el cual se permita tener una visión íntegra, armónica y global del todo.
Pongamos algo de paz en nuestras mentes y abriguemos con tranquilidad, al amparo luminoso de la conciencia, los antídotos de los Tres Venenos. Que así sea, por el bien de todos los seres.

Fuente: Conciencia sin fronteras

sábado, 29 de agosto de 2009

La Meditación Zen

La meditación del Zen se llama zazen no es una técnica, no se puede practicar como un ejercicio común ni tampoco es un esfuerzo que hay que hacer, porque no forma parte de nuestros pensamientos, porque recién donde terminan nuestros pensamientos comienza la meditación.

La meditación es un estado natural, sólo es un estado que hay que recordar porque está dentro de nosotros mismos esperándonos.

Es un estado de claridad interior, no un estado mental, porque la mente es pura confusión. Recién cuando los pensamientos desaparecen se puede ver muy lejos, hasta el fin de la existencia.

Tampoco se trata de intentar de dejar de pensar porque entonces estaríamos practicando otra técnica más. Sólo hay que dejar que los pensamientos decanten, sin hacer nada, relajado, como si estuviéramos durmiendo despiertos.

Después de un tiempo, de repente uno estará consciente, la meditación viene sola, simplemente ocurre.

Hay que cambiar la “Gestalt” es decir, la forma de percibir, porque normalmente tenemos conciencia de los diálogos internos pero no de los espacios entre cada una de las palabras.

No es posible ver los opuestos al mismo tiempo, cuando vemos lo opuesto lo primero desaparece. La mente sigue mirando las palabras y por ello no ve los silencios después de cada palabra. Sólo hay que cambiar de enfoque.

Las personas fallan en la meditación porque creen que es algo aburrido, sin embargo la verdadera meditación no es así, se disfruta enormemente, porque no se trata de seriedad sino de tranquilidad.

Si uno está relajado, las palabras que surgen con los pensamientos son las figuras de una “Gestalt” o forma de ver, y el silencio es el fondo. Tendremos que fijar la atención en el fondo que es el silencio, donde no hay ninguna huella para recordar. En ese vacío estamos nosotros, como realmente somos.

La mente significa palabras y el Yo esencial significa silencio. Por ejemplo, el aburrimiento que ocasiona el repetir un mantra o una oración muchas veces nos ayuda a deshacernos de las palabras y a deslizarnos hacia el silencio. Pero no hay que dormirse.

Al principio es difícil pero se puede llegar a que la mente deje de hablar espontáneamente, es posible y sin esfuerzos, porque es como cuando intentamos dormir, no podemos forzar el sueño porque viene solo cuando nos relajamos y abandonamos nuestro diálogo interno.

La meditación aporta inteligencia infinita y la vida se vuelve más rica pero jamás hay que forzarla, ni ser un asceta ni un masoquista para lograrlo. Sólo hay que lograr ser plenamente consciente de nosotros mismos.

La mente nos sigue engañando porque no somos capaces de ver las verdaderas motivaciones de nuestros actos. ¿Por qué le pegamos a nuestro hijo? ¿porque no hizo la tarea? o ¿porque estamos furiosos con nuestro jefe?

Las personas más creativas se convierten en adeptos de la meditación, en realidad meditan sin darse cuenta, se concentran en algo que los motiva.

Las no creativas tienen mayores dificultades, tienen miedo de salirse de su rutina.

Los poetas, los pintores, los músicos, los bailarines logran penetrar la meditación más fácilmente que los hombres de negocios que viven una vida rutinaria y sin la más mínima creatividad.

La mente es el pasado que está controlando el presente y el futuro y nos dice que si seguimos haciendo lo viejo seremos más eficientes porque tenemos ya la experiencia y lo nuevo es lo desconocido.

Por eso, cuando tengamos que escoger entre dos alternativas tendríamos que elegir siempre la nueva, la más difícil, la que requiere una mayor conciencia. Es decir, escoger siempre la conciencia a expensas de la experiencia y así se creará la situación en que la meditación se hará posible.

Un día escuché a una actriz exitosa que le contestaba a un periodista, sobre la posibilidad de realizar otro programa diferente: “La experiencia me enseñó que jamás tengo que abandonar un éxito”, le dijo.

Gracias a esa forma de pensar la televisión sigue siendo decadente, porque es más seguro para los productores que arriesgan dinero, y es también más seguro para los actores que conservan así su trabajo. Renuncian a la incertidumbre porque tienen miedo, cuando la vida es sólo inseguridad y cambio.

I. Sobre la Meditación Zen Inicio de la página

Extraído de Dharma Mirror - Manual of Practice Forms:

Maestro Zen Seung Sahn

Tradicionalmente, en China y Corea, únicamente los monjes practicaban Zen. Pero el Zen ha llegado a Occidente donde la gente laica practica Zen. Esto ha cambiado el carácter del Zen. Ahora nuestra enseñanza trata sobre el Zen en la vida de cada día. Sentarse Zen todo el tiempo no es posible para la gente laica. El Zen de cada día significa aprender a sentar la mente. Sentar la mente significa mantener una mente que no se mueve. ¿Cómo mantienes una mente que no se mueve? Deja de lado tu opinión tu condición y tu situación momento tras momento. Cuando hagas algo, simplemente hazlo. Este es el Zen de cada día. Para la gente laica la enseñanza del Gran Amor, la Gran Compasión y el Gran Camino del Bodhisattva es muy importante. Para alcanzar esto es necesario mantener una mente que no se mueva, entonces la situación correcta, la función correcta y la relación correcta aparecen por sí mismas en la vida de cada día.

II. Técnicas de meditación Inicio de la página

Hay varias técnicas de meditación. Cada técnica produce un efecto especial sobre la mente.

Prácticas de la mente: estas prácticas son el corazón de la meditación. Tienen diferentes efectos sobre la mente. También, la velocidad del efecto puede variar en función de la técnica utilizada.

En todas las técnicas de meditación la respiración es importante. Para tranquilizar el cuerpo y la mente es útil realizar varias respiraciones largas y profundas al comienzo de la meditación. Respira utilizando el diafragma y centra tu atención en la zona situada por debajo del ombligo. La respiración debería ser relajada, natural y tranquila.

Algunas de las diversas técnicas son:



Técnica 1: Mantener una Pregunta

Tradionalmente llamada "hwa tou." Si tienes una pregunta, esta pregunta te ayudará a practicar. Si la duda es lo suficientemente grande e intensa, las más usuales son: "¿Qué soy yo?", "¿Qué es la vida?", etc. esta duda te proporcionará una mente anterior al pensamiento. Deja de lado todo pensamiento, todas las opiniones y deseos y continuamente retorna a la mente que se pregunta.

Técnica 2: Practicar con un Mantra

Usar un mantra para calmar la mente y fortalezer el centro [Tantien] es una técnica utilizada por los estudiantes Zen. La principal diferencia entre los diferentes mantras radica en la duración del mantra y en la dirección del mantra. Generalmente cuanto más incesante es el pensamiento, más corto es el mantra.

La práctica usual consiste en recitar el mantra constantemente prestándole atención y dejando que todo otro pensamiento disminuya. Esto lleva cierta práctica debido a que es muy fácil dejar que una parte de la mente 'cante' el mantra mientras que la otra esté pensando en la cena o en una película del cine. Cuando esto ocurra, vuelve a traer tu mente amablemente para prestar atención al mantra sin juzgar nada ni preocuparte de sí estás o no muy despistado.

Los mantras más comunes utilizados en nuestra Escuela son los siguientes:



Mente Clara, Mente Clara, Mente Clara -- No sé

Este mantra es normalmente aconsejado a los principiantes junto con un ejercicio de respiración. Inspira mientras repites mentalmente 'Mente Clara' tres veces (Mente Clara, Mente Clara, Mente Clara) y luego espira pensando 'Nooooooooo seeeeeeeeeeeeeeeeé' una vez durante toda la duración de la espiración. La duración de la inspiración y de la espiración varían con cada persona, sin embargo la duración de la espiración debería aproximadamente el doble de la inspiración, si es posible. Es importante permanecer relajado y no forzar en ningún momento la respiración.

Esta es generalmente la primera técnica enseñada en nuestra Escuela.

Kwan Seum Bosal

Este es nombre coreano del bodhisattva de la compasión, Avalokitesvara. Este mantra es el normalmente aconsejado a aquellas personas cuyas mentes no pueden permanecer tranquilas ni un minuto o que no pueden concentrarse por mucho tiempo. Debido a que es un mantra corto puede ser repetido una y otra vez (normalmente ayudado de un rosario de cuentas para contar). La recomendación usual es repetirlo de 3000 a 10.000 veces al día para quien realmente desee clarificar su mente frente a un problema en concreto. También es usado diariamente por mucha gente como parte de su técnica de meditación sentado. Es importante mantener una mente relajada mientras se recita el mantra. Si nos sentimos demasiado tensos o excitados es preferible descansar y relajarse y volver a intentarlo en otro momento.

Técnica 3: Práctica Kong-an

La práctica Kong-an es una antigua forma de pregunta y respuesta. La palabra Kong-an significa "archivo público". Se trata de las anécdotas e historias conocidas de los Maestros Zen del pasado. Las respuestas a los Kong-ans se hayan enraizadas en la realidad que se halla más alla del tiempo y del espacio, más allá de los gustos y de las aversiones, son tal como son. Una de las funciones del Kong-an es proporcionarte una Gran Pregunta si no tienes una. Otra función es ayudarte a eliminar los "anzuelos" de tu mente. Cada Kong-an tiene anzuelos (como anzuelos de pescar mentales) y cuando no puedes resolverlo es porque tu mente ha quedado atrapada en uno de los anzuelos del Kong-an. Sentarse con el Kong-an como pregunta es una de las tradiciones de la práctica Zen.

Técnica 4: Contar las Respiraciones

Se cuentan las respiraciones de 1 a 10, bien en la espiración (mejor para los principiantes) o en la inspiración (más difícil). Si pierdes la cuenta, o llegas a diez comienza de nuevo.

Técnica 5: Meditación de la Mente Clara

Esta forma de meditación consiste en simplemente sentarse y ser consciente de lo que está ocurriendo justo en este instante. Esta es la mente del momento tras momento. Esta mente oye a los pájaros en los árboles, los coches yendo y viniendo, los aviones en el cielo y los niños jugando afuera. En la mente clara no existe ningún sonido que sea considerado ruidoso o molesto, todo es como es. Esta no es una técnica para principiantes, sinó el resultado de haber puesto en práctica las anteriores prácticas.

Posturas para Sentarse

mas informacion

Zazen

lunes, 24 de agosto de 2009

El secreto del Zen

Es por eso que el Zen ha sido resumido como:



Una transmisión especial de iluminación fuera de las Escrituras;
No depender de palabras y letras;
Apuntar directamente al alma del hombre y la mujer;
Ver dentro de la propia naturaleza de uno mismo.

Pero si se nos dice que la verdad del Zen es evidente, que está delante de nuestros ojos en todos los momentos del día, esto no habrá de llevarnos muy lejos. No parece que los acontecimientos del día tengan algo de notable; no parece que haya nada en eso de vestirse, comer la comida o lavarse las manos que pueda indicar la presencia del Nirvana o el estado de Buda. Sin embargo cuando un monje le preguntó al maestro Chao~chou "Qué es el Tao?", él le contestó: "La vida común es el Tao mismo". El monje volvió a preguntar: "Cómo podemos ponernos de acuerdo con él?" (o sea, "Cómo podemos ponernos en armonía y unidad con él?"). Chao~chou contestó: "Si tratas de ponerte de acuerdo con él, te apartarás de él"; pues la vida, tomada como la serie común de acontecimientos diarios variados, es algo esencialmente evasivo e indefinible; jamás permanece igual ni por un momento; nunca podemos hacer que se quede quieta para analizarla y definirla. Si tratamos de pensar sobre la rapidez con que pasa el tiempo o cambian las cosas, la mente se nos transforma en un torbellino. Mientras más nos esforcemos por aferrar el momento, de apoderarnos de una sensación placentera o de definir algo en forma tal que resulte satisfactorio en cualquier momento para todos, más evasivo resulta. Se ha dicho que definir es matar, y que si el viento se detuviera por un segundo para que pudiéramos apoderarnos de él, dejaría de ser viento. La misma cosa ocurre con la vida. Las cosas y los acontecimientos están moviéndose y cambiando perpetuamente; no podemos apoderarnos del momento presente y obligarlo a que se quede con nosotros; no podemos traer de vuelta el tiempo pasado, ni conservar para siempre una sensación pasajera. Cuando tratamos de hacerlo, todo lo que conseguimos es un recuerdo muerto; la realidad no está allí, y no puede derivarse de ello satisfacción alguna. Si repentinamente nos damos cuenta de que somos felices, mientras más tratemos de pensar en algún medio para conservar nuestra felicidad, más rápidamente se nos escapará. Tratamos de definir la felicidad con el fin de poder saber cómo hallarla cuando nos sintamos desgraciados. Un hombre piensa: "Soy feliz ahora por poder permanecer en este lugar. Por lo tanto la felicidad, para mí, es venir y quedarme en este lugar". Y la próxima vez que se sienta desgraciado tratará de aplicar esta definición; irá de nuevo a ese lugar, y descubrirá que no lo hace feliz. Sólo existirá el recuerdo muerto de la felicidad, y la definición ya no sirve. La felicidad es algo así como los pájaros azules de Maeterlink: si se trata de capturarlos pierden su color; es algo así como tratar de encerrar agua dentro de las manos: mientras más fuerte se apriete, más rápidamente se desliza entre los dedos. Por ello, cuando a un maestro Zen se le preguntó: "Qué es el tao?", respondió de inmediato: "Sigue andando!", pues solamente podemos enterder la vida andando a la par con ella; mediante una completa afirmación y aceptación de sus mágicas transformaciones e interminables cambios. Es gracias a esta aceptación que el discípulo Zen se siente invadido por una gran admiración, pues todas las cosas se renuevan permanentemente. El comienzo del universo se produce ahora, pues todas las cosas se están creando en este momento, y el fin del universo es ahora, pues todas las cosas están muriendo en este momento.

Se define en ocasiones al Zen como "ir rectamente hacia delante", o "ir derecho adelante", pues el Zen significa moverse con la vida sin tratar de detener e interrumpir su flujo. Es un conocimiento inmediato de las cosas mientras viven y mueren, que se diferencia de la simple comprensión de las ideas y sentimientos acerca de las cosas, que son símbolos muertos de una realidad viva. Por ello el maestro Takuan dice en relación con el arte de la esgrima (Kendo) --arte fuertemente influenciado por los principios del Zen:



Esto --lo que podría denominarse una actitud mental de "no interferencia"-- constituye el elemento más vital del arte de la esgrima, como asimismo del Zen. Si queda lugar para que quepa aunque sea un pelo entre dos acciones, esto es interrupción.

Con esto quería decir que el contacto entre un acontecimiento y la reacción ante el mismo no debiera de ser roto por el pensamiento discursivo, pues, continúa diciendo:



Cuando se golpean las manos, el sonido se produce sin pensarlo ni por un instante. El sonido no espera ni piensa antes de salir. No existe interrupción; un movimiento sigue al otro sin ser interrumpido por la mente consciente. Si se siente molesto y medita sobre qué hacer, frente al adversario que está a punto de derribarlo, usted le da lugar, es decir, una feliz oportunidad para su mortífero golpe. Deje que su defensa siga al ataque sin la menor interrupción, y no habrá entonces dos movimientos separados conocidos como ataque y defensa.

De ahí que si "ataque" representa al mundo exterior, o la vida, y "defensa" la reacción de uno ante la vida, debe aceptarse que esto significa que la distinción entre "yo" y "la vida" queda destruida; el egoismo desaparece cuando el contacto entre los dos es tan inmediato que se mueven juntos, manteniendo el mismo ritmo. Dice más adelante Takuan:

[...] En el Zen, y en la esgrima también, se da gran valor a una mente no vacilante, no interrupción, no lejanía. También se alude en el Zen a un relámpago, o a las chispas que se producen con el impacto de dos piedras. Si esto se comprende dándole el sentido de rapidez, se comete una lastimosa equivocación. La idea es demostrar la contigüidad de la acción, un movimiento ininterrumpido de energía vital. Cada vez que se permita una interrupción por parte de algo que no esté en relación vital con la ocasión, puede estar seguro de que habrá de perder su propia posición. Esto, por supuesto, no quiere expresar el deseo de que las cosas se hagan imprudentemente o en el menor tiempo posible. Si usted albergara este deseo, su sola presencia habría de constituir una interrupción.

Esto es en muchos sentidos similar al arte de escuchar música; si uno se detiene a considerar sus reacciones intelectuales o emotivas ante una sinfonía que se está ejecutando, a analizar la construcción de un acorde o detenerse en una frase determinada, se pierde la melodía. Para escuchar la sinfonía completa uno debe concentrarse en el flujo de las notas y las armonías mientras se va produciendo, manteniendo la mente sujeta continuamente al mismo ritmo. Reflexionar sobre lo que ha ocurrido, pensar sobre lo que habrá de venir, o analizar el efecto que tiene sobre nosotros, equivale a interrumpir la sinfonía y dejar escapar la realidad. Toda la atención debe ser dirigida hacia la sinfonía, olvidándonos de nosotros mismos; si se hace conscientemente la tentativa de concentrarnos sobre la sinfonía, la mente se desvía por causa del pensamiento de que estamos tratando de concentrarnos, y fue por esta razón que Chao~chou le dijo al monje que si trataba de armonizarse con el Tao, se apartaría de él. Por lo tanto el Zen hizo más que limitarse a decirle al hombre que escuchara la sinfonía sin ponerse a pensar sobre las reacciones que en él provocaba; !pues hasta el simple hecho de decirle a alguien que no piense sobre sus reacciones independientes, ya significa hacerlo pensar que no piense en ellas! Por lo tanto el Zen adoptó el método positivo de destacar la sinfonía de la vida en sí misma. [...]

Conocer la naturaleza de Buda significaba conocer la vida, aparte de las "interrupciones", la principal de las cuales era el concepto del yo como entidad diferenciada de la vida, ocupada enteramente en sus propias reacciones privadas frente a la realidad como algo distinto de la realidad misma. [...] Pero mientras los filósofos del Mahayana se entretenían intelectualmente con estas cosas, interesándose en las ideas antes que en las realidades, el Zen iba más allá de todo pensamiento discursivo. Cuando se le preguntaba sobre los misterios ultérrimos del Budismo, respondía [el Buda]: "El árbol de ciprés en el patio"; "El bosquecillo de bambú al pie de la colina"; "La basura seca en el rastrillo". !Cualquier cosa que saque a la mente de las abstracciones de la vida!



[...] La vida Zen no se mueve dentro de carriles; es la libertad del espíritu, libre de las trabas de las circunstancias externas y las ilusiones internas. Su naturaleza íntima es de tan especial carácter que no puede ser descrita en palabras, y lo que más puede acercarnos a ella es la analogía. Es como el viento que se mueve sobre la superficie de la tierra, sin detenerse jamás en ningún lugar determinado, no apegándose nunca a ningún objeto particular, adaptándose siempre a los progresos y retrocesos de la tierra. Si tales analogía dan la impresión de un soñoliento laissez faire , es necesario recordar que el Zen no siempre es una suave brisa, como el Taoísmo decadende; con bastante frecuencia es una ráfaga violenta que barre implacablemente todo lo que encuentra a su paso, un ventarrón de hielo que penetra hasta el corazón de todo y lo atraviesa de lado a lado. La libertad y pobreza del Zen es abandonar todo y "seguir adelante", pues esto es lo que la vida misma hace, y el Zen es la religión de la vida.

El Espíritu del Zen

Hasta hace poco tiempo el Budismo Zen era casi totalmente desconocido en Occidente, con excepción de unos pocos orientalistas cuyo interés por el tema era principalmente académico. [...]

El Zen es tan definidamente distinto de cualquier otra forma de Budismo, y hasta podría decirse de cualquier otra forma de religión, que ha provocado la curiosidad de muchos que normalmente no hubieran pensado en mirar hacia Oriente en busca de sabiduría práctica.

Una vez que se provoca curiosidad, no es fácil aplacarla, pues el Zen ejerce una particular fascinación sobre las cansadas mentes de la religión y la filosofía convencionales. Desde un comienzo el Zen se aparta de toda forma de teorización, instrucción doctrinaria y formalidades desprovistas de vida; éstas son tratadas como simples símbolos de la sabiduría, y el Zen está fundado en la práctica y en una experiencia íntima, personal, de la realidad que la mayoría de las formas de la religión y la filosofía no encaran más que como una descripción emocional e intelectual. No se quiere decir con eso que el Zen es el único camino verdadero que lleva a la iluminación; se ha dicho que la diferencia entre el Zen y otras formas de religión reside en que "todos los otros caminos trepan lentamente por las laderas de la montaña, pero el Zen, al igual que un camino romano, arroja a los lados todos los obstáculos y se mueve en línea recta hacia la meta". Después de todo, los credos, los dogmas y los sistemas filosóficos son solamente ideas acerca de la verdad, del mismo modo que las palabras no son hechos sino que hablan acerca de los hechos; mientras que el Zen es una vigorosa tentativa de ponerse en contacto directo con la verdad misma, sin permitir que teorías y símbolos se yergan entre el conocedor y la cosa conocida. En cierto sentido el Zen es sentir la vida en lugar de sentir algo acerca de la vida; no muestra ninguna paciencia hacia la sabiduría de segunda mano, hacia la descripción que haga cualquier persona sobre una experiencia espiritual, o las meras concepciones y creencias. Si bien la sabiduría de segunda mano es valiosa como cartel que señala el camino, con demasiada facilidad se la confunde con el camino mismo, y hasta con la meta final. Son tan sutiles las formas en que las descripciones de la verdad pueden presentarse como la verdad misma, que el Zen es con frecuencia una forma de iconoclastía, una destrucción de las simples imágenes intelectuales de la realidad viviente, cognoscible solamente a través de la experiencia personal.

Pero es en sus métodos de instrucción donde el Zen es único. No hay en él enseñanza doctrinaria, ningún estudio de escrituras, nada de programas formales de desarrollo espiritual. Aparte de unas pocas recopilaciones de sermones de los primeros maestros Zen, que son las únicas tentativas de una exposición racional de sus enseñanzas, la casi totalidad de nuestros antecedentes de la instrucción Zen son un número de diálogos (mondo) entre los maestros y sus discípulos que parecen dedicar muy poca atención a las normas usuales de la lógica y el razonamiento sano, a punto tal que aparecen a primera vista como carentes de sentido. [...]

Pero el Zen no trata de ser inteligible, es decir, de poder ser comprendido por el intelecto. El método del Zen es desconcertar, excitar, intrigar y agotar al intelecto hasta que se perciba que la intelección es solamente acerca de; habrá de provocar, irritar y volver a agotar a las emociones hasta que se vea claramente que la emoción es solamente sentir acerca de , y luego discurrir, cuando el discípulo haya sido sometido a una impasse intelectual y emocional, sobre cómo salvar la brecha que existe entre el contacto conceptual de segunda mano con la realidad y la experiencia de primera mano. Para lograr esto pondrá en juego una facultad más elevada de la mente, conocida como intuición o Buddhi, denominada en ocasiones "Ojo del Espíritu". Resumiendo: el Zen aspira a concentrar la atención sobre la realidad misma, en lugar de hacerlo sobre nuestras reacciones intelectuales y emocionales ante la realidad; siendo la realidad ese algo siempre cambiante, siempre creciente, que conocemos como "vida", que jamás se detiene ni por un instante para que nosotros la hagamos encajar satisfactoriamente dentro de un rígido sistema de casilleros e ideas.

Es así como cualquiera que haga la tentativa de escribir sobre Zen, tiene que enfrentarse con dificultades insólitas: no puede jamás explicar, sólo puede indicar; tan sólo puede ir planteando problemas y proporcionando indicios que, cuando mucho, apenas alcanzaran a acercar al lector a la verdad, pero en el mismo instante en que trata de llegar a una definición exacta, la cosa se le desliza de las manos, y la definición termina siendo nada más que una concepción filosófica.

viernes, 21 de agosto de 2009

Budismo Zen

Hace dos mil quinientos años en India, una persona llamada Siddhartha Gautama simplemente levantó una flor delante de sus discípulos; todos quedaron en silencio menos uno de ellos, quien sonrió profundamente. De ese levantar la flor y esa sonrisa sur...ge lo que llamamos “Zen”.

“¿Qué es el Zen?” Es una pregunta que puede asemejarse a “¿Quién soy yo?”, o a “¿Cuál es el sentido de la vida misma?”. Este interrogante fundamental no puede ser respondido, intelectualmente, de una manera satisfactoria.

Daniel Terragno Roshi dice: “La práctica del Zen es la práctica de retornar al hogar, al interior, a algo más esencial, y así despertar a nuestra naturaleza propia. Su fundamento es el Zazen. La pregunta ‘qué es el Zen’ es enfrentada y encarnada con toda la mente y cuerpo, instante a instante. Es así que nuestra práctica de Zen es la práctica de vivir responsablemente momento a momento.”

La profunda pregunta de qué es el Zen está asentada en tres principios que sostienen el espíritu del estudiante que se sienta a meditar en silencio:

- Gran Duda
- Gran Fe
- Gran Determinación

Estos principios resumen y expresan la experiencia misma del Buddha histórico, el príncipe Gotama, hace más de 2500 años. El príncipe abandonó su palacio a los 28 años, y tras 6 años de intensas prácticas ascéticas, encontró que el camino de la extrema pobreza y ascetismo era tan estéril como el camino de las riquezas, que había experimentado en su infancia y adolescencia en el seno de una familia rica del clan de los Shakya. Gotama, o Shakyamuni, como se le llamaba, decidió alimentarse nuevamente y continuar su indagación sin herir su cuerpo y mente. Luego de un período intenso de meditación alcanzó una experiencia que le iluminó. La gran duda o indagación, la gran fe y confianza, y la firme determinación, guiaron al Buddha histórico hacia la comprensión de su naturaleza fundamental.

Al ver la Estrella de la Madrugada Shakyamuni se iluminó y exclamó: "En este mismo momento, simultáneamente, yo y todos los seres del Gran Universo realizamos el camino".



Su experiencia y la posterior decisión de compartir la misma con todos los seres, gestó el Camino Buddhista. Este se afincó inicialmente en la India y luego se divulgó y echó raíces en otros países asiáticos, como China, Corea y Japón. Y durante el último siglo viajó a Europa y América.

El término Zen deriva del chino Ch'an, el cual proviene a su vez del sánscrito Dhyana, que significa meditación. Desde la experiencia de realización del Buddha histórico, la práctica y vivencia del Buddhismo se ha desplazado por países y continentes, adaptándose y enriqueciendo las formas culturales y religiosas de cada lugar donde se afincaba. En Japón, el Zen desarrolló cinco escuelas de las cuales permanecen activas dos, actualmente, la escuela Soto y la escuela Rinzai.

“El maestro zen Baoche, del Monte Mayu, se estaba abanicando.
Un monje se acercó y dijo, “Maestro, la naturaleza del viento es permanente y no hay sitio que no alcance. ¿Por qué, entonces, te abanicas?”.
“Aunque comprendes que la naturaleza del viento es permanente”, contestó Baoche, “no comprendes lo que significa que alcanza todo sitio”.
“¿Qué significa que alcanza todo sitio?” preguntó el monje otra vez.
El maestro sólo siguió abanicándose. El monje se inclinó profundamente.

La actualización del Buddha-Dharma, la parte vital de su transmisión correcta es como esto. Si dices que no necesitas abanicarte porque la naturaleza del viento es permanente y puedes tener viento sin abanicar, no comprenderás ni la permanencia ni la naturaleza del viento. La naturaleza del viento es permanente; por eso, el viento de la casa de Buddha actualiza el oro de la tierra y hace fragante la espuma del largo río.”
Genjo Koan - Dogen Zenji

“Una transmisión especial aparte de las escrituras
que no depende de palabras y letras
que señala directamente a la Mente/Corazón
hace ver en la Naturaleza Esencial y realiza el Despertar”
Bodhidharma


El camino perfecto carece de dificultades, excepto la de negarse a admitir preferencias, solo cuando se ha liberado del odio y del amor se revela plenamente y sin disfraces, una diferencia de un décimo de pulgada es lo que separa al cielo de la tierra. Si quieres verlos con tus propios ojos, no debes tener pensamientos fijos, ni a favor ni en contra. Todo es adecuado y a la vez nada es adecuado (Zen)

Al vivir en la espontaneidad, en la naturalidad, de nada sirven los dogmas y las teorías. Objetivar, codificar, conceptualizar la realidad es la pretensión obsesiva que persigue el conocimiento convencional del hombre de Occidente. Todo lo que se presenta frente a él, ya sea divino o humano, debe ser clasificado y encapsulado dentro de una definición rígida e inamovible. De esta forma nos formamos ideas, creencias, deseos y aversiones, todas ellas ficticias, ajenas al mundo verdadero de la realidad presente y siempre cambiante.

Penetrar la Vía no es difícil, pero no hay que amar ni odiar, ni elegir ni rechazar. Basta con que no haya ni amor ni odio para que la comprensión aparezca, espontáneamente clara, como la luz del día en una caverna.(Sosan)


Un monje, pidiendo instrucción, le dijo a Bodhidharma: “No tengo nada de paz mental. Por favor, apacigüe mi mente”.

“Trae tu mente aquí al frente mío”, replicó Bodhidharma, “y yo te la apaciguaré”.

“Pero cuando busco mi propia mente” dijo el monje, “no... la puedo encontrar”.

“¡Eso!”, replicó inmediatamente Bodhidharma, “¡he apaciguado tu mente!”

Un monje le dijo a Joshu: “Acabo de entrar en este monasterio. Por favor enséñame”.

Joshu preguntó: “¿Has comido tu potaje de arroz?”

El monje le responde: “Ya he comido”.

Joshu le contesta. “Entonces sería mejor que lavaras tu plato”.



Estos diálogos hacen notar otro aspecto del Zen que es característico. La iluminación en Zen no significa retirarse del mundo, sino al contrario, una activa participación en la vida cotidiana. Este punto de vista atrajo mucho a la mentalidad china que le daba mucha importancia a una vida práctica y productiva y a la idea de la perpetuación de la familia, por lo que no podía aceptar el carácter monástico del Budismo hindú. Los maestros siempre hacían hincapié que Ch’an, o Zen, estaba en nuestra experiencias diarias, “la mente de todos los días”, como proclamaba Ma-Tsu. Se enfatizaba el “despertar” en el medio de las actividades diarias y dejaban muy en claro que veían a la vida diaria, no sólo como la forma de lograr la iluminación, sino como la iluminación misma.


Antes de estudiar Zen, las montañas son montañas y los ríos son ríos; mientras estás estudiando Zen, las montañas ya no son montañas y los ríos ya no son ríos; pero una vez que alcanzas la iluminación las montañas son nuevamente montañas y los ríos nuevamente ríos.La iluminación en Zen no significa retirarse del mundo, sino al contrario, una activa participación en la vida cotidiana.“la vía del guerrero”

La perfeccisón del Zen es por lo tanto vivir la vida diaria de forma natural y espontánea
La inmediata experiencia de la naturaleza Buda de todas las cosas. Lo primero y más importante entre éstas, están los objetos, hechos y personas involucradas en la vida cotidiana, de tal manera que aunque enfatiza las cosas prácticas de la vida, Zen aun así es profundamente mística. Al vivir enteramente en el presente, dándole atención completa a los asuntos diarios, alguien que ha logrado satori, experimenta la admiración y misterio de la vida en cada situación:
¡Qué maravilloso esto, cuan misterioso!
Cargo la leña, saco agua del pozo.

Si mantenéis las manos cerradas, sólo conseguiréis unos pocos granos de arena. Pero si abrís las manos, conseguiréis toda la arena del desierto. (Dogen)